Los primeros años de vida son trascendentales para el desarrollo integral de la persona. En Nivel Inicial Horizontes se aplica con éxito, un programa de aprendizaje  temprano, innovador y creativo, que amplía las posibilidades de los alumnos para adquirir conocimientos, habilidades y destrezas.

Metodologías

  • Dar a los alumnos una estimulación  rica y organizada para que alcancen, según sus propias condiciones, niveles óptimos de madurez, desarrollo y aprendizaje.
  • Formar sólidos cimientos para realizar con éxito la vida escolar.
Las diversas metodologías, buscan aprovechar los períodos sensitivos para el desarrollo de hábitos y habilidades importantes para toda la vida.
Rutinas sistemáticas de movimientos que estimulan la conexión entre los hemisferios cerebrales previniendo problemas de lectura y escritura.
La educación de la inteligencia y con ella, la formación del pensamiento es muy importante: posibilitan la dirección del propio proyecto de vida. Los bits desarrollan la capacidad de atención activa y la memoria; al mismo tiempo que amplían el vocabulario y los conocimientos.
Estimula la memoria, la atención, la asociación, la separación visual y auditiva; iniciando a los niños en las habilidades del cálculo mental.
Favorece la comprensión de lo que está bien y lo que está mal como fundamento para la adquisición de hábitos de conducta y autodominio. Refuerza la formación de la voluntad y de la personalidad mediante el ejercicio del orden, la obediencia, la iniciativa, la generosidad, la justicia, la sobriedad, la sinceridad y la responsabilidad.
Actividades integradas que desarrollan la motricidad, la memoria y los hábitos de conducta. Al enriquecer la curiosidad intelectual y la capacidad de observación y análisis, enriquecen notablemente el vocabulario, complemento a la cultura de la imagen en la que vivimos.
Potencia y respeta el aprendizaje personal, autónomo y creativo.
Familiariza y facilita el aprendizaje.
Desarrolla la discriminación auditiva y la sensibilidad estética. Facilita el aprendizaje de idiomas al ampliar el registro de sonidos.
Los niños aprenden a leer cuando su madurez y desarrollo neurológico lo permite cada uno con su ritmo personal. La estimulación adecuada y abundante, la buena percepción visual y auditiva, la perfecta organización espacio-temporal, así como las destrezas manuales ponen a los niños en las mejores condiciones para que puedan leer y escribir.